jueves, 5 de febrero de 2009

ROMEO


Estoy sentado en mi despcho, absorto en unos informes sobre las ventas del último año que acaba de terminar. No queda nadie en la oficina, le dije a mi secretaria que podía ir a casa, he preferido poder analizar todos y cada uno de los datos del informe a solas, sin nadie que me moleste.
Así que en ésas me encuentro cuando de repente oigo un ruido de pasos, una mujer entra en mi despacho. Se trata de una mujer alta, de pelo negro y ojos verdes. Lleva un traje chaqueta de color claro y unos zapatos de tacón altísimos, sus medias transparentes me dejan ver unas piernas bronceadas y esbeltas. Se mueve con gestos elegantes y suaves, sensuales. Su presencia hace que la estancia se llene de un aroma perfumado y penetrante, un olor de rosas intenso me invade los sentidos, por un instante me quedo ensimismado en ella, en sus gestos, casi felinos, en sus profundos ojos y en su olor.
Ella ni siquiera se ha percatado de mi presencia, parece buscar algo, mira al suelo y ni siquiera levanta la cabeza.
- Bssss, bsssssss; Romeo, cielo ¿dónde te has metido?
Entonces lo comprendo todo, y salto de mi butaca disparado.
- ¿Quién eres tú? ¿y qué haces aquí, como has entrado?
Ella me mira con los ojos más abiertos que he visto jamás, parece que me pudiera sumergir en ellos y bucear, como si se tratara de un mar sin fin.
- Yo... estoy buscando a mi gato... - me dice.
La cojo del brazo y aprieto fuerte, quiero que se de cuenta de quién manda aquí.
- ¿A tu gato? ya, como que me la vas a dar con queso, ¿cómo has entrado si la puerta de abajo está cerrada?
- No... estaba abierta, yo sólo he seguido a Romeo, mi gato, mire, debe estar detrás de algún mueble o sillón, si me da sólo un segundo yo...
- ¿Un segundo? sí claro, un segundo para que me robes todo lo que hay aquí, ¿verdad?, ¿te crees que nací ayer?
- No... de verdad, compruébelo usted mismo, está ahí debajo. Bsssss, bsssss... ¡Romeo, cielo, ven aquí!
Mi paciencia se agota, y le aprieto el brazo más furte, ella se queda inmóvil y me mira con esos ojos de mar, intento zafarme de las ideas que me invaden la mente.
- Déjeme, me hace daño... por favor...
Estamos cerca, nuestras respiraciones aceleradas, y en ese instante me doy cuenta de sus labios: pintados de un rojo intenso, aparentan aún más carnosos y voluptuosos de lo que son. Siento una extraña sensación, creo que me estoy enamorando.
Intenta deshacerse de mi presión, pero yo la aprieto contra mí, la cojo de la cintura y busco sus labios, necesito besar esos labios carmesíes que me llaman sin cesar.
No opone resistencia, su boca se abre y me ofrece el sabor más cálido y apacible que he probado en mucho tiempo. Acaricio su cuello y su pelo, y de un empujón, la tumbo en el sofá que hay delante de la ventana. Sus ojos me buscan.
Me tumbo encima de ella y, lentamente, levanto su falda. Su respiración se acelera más todavía cuando hundo mis dedos en ella, despacio al principio y más rápido después.
Hacemos el amor en el sofá como dos adolescentes en celo, y cuando terminamos, escucho un ruidito que proviene de detrás de la estantería en la que guardo los archivos de ventas. Giro la cabeza y veo un gato blanco de ojos azules que sale despacio y ronroneando.
- ¡Romeo!¿Dónde te habías metido, pillín? ven con mami, ¡eres un travieso!
Se baja la falda y se sube las medias, y aún conservando su elegancia en esa situación, se refleja en los cristales de la vistrina para ajustarse el peinado, un poco maltrecho por mi culpa.
Nos miramos, estoy muerto de vergüenza, no sé qué decir, pero decido pedir disculpas por mi reacción.
- Lo siento, yo creía que...
- Sí, me habían dicho que es usted un poco desconfiado, pero no se preocupe, no tiene importancia.
- ¿Quién le ha hablado de mi? ¿acaso me conoce usted?
- Hace poco que me he mudado a los apartamentos de enfrente, soy la esposa del coronel.
- ¿coronel? ¿Es usted la esposa del coronel Martínez de la Guardia Civil?
- Sí. Y nos hemos mudado aquí porque hemos abierto una pequeña cafetería - dice mirando hacia la ventana - ¿lo ve? el local de ahí abajo, El Dulce Despertar, es nuestro.
Mi mente empieza a girar vertiginosamente, la esposa del coronel Martínez...
Ella adivina mis pensamientos y me sonríe - No se preocupe, no hay ningún problema - dice mientras rebusca en su bolso; finalmente me alarga una tarjeta de su local, que yo cojo estupefacto.
- Me ha gustado conocerle, espero verle pronto en la cafetería, podríamos charlar y conocernos mejor, ¿no le parece?
Acto seguido coge al gato en brazos y se encamina hacia la puerta, antes de desaparecer, me mira y me regala una amplia sonrisa que me hace estremecer.
Oigo sus tacones repicar por las escaleras, cada vez más lejanos, y en un momento de lucidez le grito:
- ¡No dude en que la visitaré pronto, pero ni siquiera me ha dicho cómo se llama!
- ¡Me llamo Luz! - la oigo gritar en la lejanía.

Luz... no podía llamarse de otra manera. La Luz que faltaba en mi vida.

6 comentarios:

Cossio dijo...

SUPREMA!!!

Me ha encantado! si te digo chica HERMOSA! eres GENIAL!... besos calidos hasta el otro lado del charco... y nuevamente me pongo de pie.. y como diria yo: tu si sabes escribir y mucho mejor es que nos trasportas :D

Cossio dijo...

y te envio mi gatonejo ( en las americas una temporada aparecian en la tele ya luego te explicare)

que yo le vo + cara de conejo q de gato pero jeje se presta pa el tema.. besos

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Kike LK dijo...

Interesante relato Sabinera!, me ha gustado mucho, quizas te ha faltado detallar la escena del sillón no?, aunque seguro que tu abes mas de estas cosas, por cierto este relato es muy aves de paso como diria Joaquin!
Un beso!

Kuny dijo...

*Cossio: Gracias por veniiir! encantada de leerte y de que te haya gustado el cuento ;-))
Decirte que me gusta mucho el gatonejo! jejeje, pero yo le veo cara de conejo únicamente!
Nosotros teníamos un anuncio aquí (ahora no recuerdo qué anunciaban) que salía un híbrido entre abeja y conejo: el abejonejo, jejejej, parecido al gatonejo ;-)
Un besazo guapetón!!!!
*Kike: Gracias por tu visita! me gusta que te guste a ti también. Y sí, tienes razón, recuerda un poco a Aves de Paso, de manera inconsiente me sale la rampa Sabinera! :-)
Lo que dices de la escenita del sillón, podría haber sido más explícita, pero creo que me estaba alargando demasiado! a veces me pongo a escribir y me cuesta parar... tengo verborrea! :-)
Un beso guapo, nos vamos leyendo!!!

Mixha Zizek dijo...

Muy buena historia Kuny, mucha picardía y a la vez sensibilidad, me gustó tu relato, un abrazote

dark player dijo...

Me gusta esta historia la veo un canto al optimismo y a la espontaneidad y contra la desconfianza felicidades, besos