jueves, 26 de febrero de 2009

ME GUSTA...


Un día soleado. Sentarme en el portal de casa y mirar la gente pasar. Inventarme una historia para cada uno, imaginar que es real. Sentir lo que ellos sienten y entenderlo. Cada historia. Mirar sus caras y adivinar a dónde van, qué piensan y qué son. Me gusta.
La noche, Las noches de verano cálidas y apacibles, que te animan a salir y a disfrutarlas. Salir en esas noches, compartirlas con quien quiera hacerlo conmigo y llenarlas de buenas conversaciones y cócktails que las hagan más amenas. Me gusta.
Pasear por la calle abarrotada de gente con el mp3 puesto a todo trapo, darme cuenta de que, como en el vídeo clip de Chemical brothers, la gente parece andar y moverse al ritmo de la música que sólo yo estoy oyendo. Sentirme aisalada en la multitud y observarla desde fuera, como si yo no formase parte de ella. Me gusta.
La banda sonora de una vida. Todos tenemos una banda sonora en nuestras vidas, aunque a veces no nos demos cuenta. La mía empieza con canciones infantiles, como la de casi todos seguramente, y tiene trazos de Flamenco y de música catalana; de Ska y Reggae, de Rock and Roll y de Jazz; de Blues y de música electrónica. De baladas. De Sabina y Serrat... cada momento tiene una música. Recuerdo situaciones y épocas de mi vida que asocio completamente a una canción o a un disco. Me gustan las bandas sonoras que acompañan la vida.
Los olores. El olor de las vacaciones, por ejemplo, es el olor del mar, de la paella y de los chupitos de orujo de hierbas. Las vacaciones huelen a crema bronceadora y a sobremesas que se alargan con estupendas compañías hasta las 5 de la tarde. Las vacaciones huelen a sol y a siesta. Me gusta como huelen las vacaciones.
Me gusta una cama recién hecha y con las sábanas limpias, acurrucarme en ella y respirar hondo mientras siento su suave tacto en el cuerpo. Sentirme feliz y protegida sólo por ése pequeño lujo que es una cama limpia. Y darme cuenta de que la vida es eso: las pequeñísimas, ínfimas cosas que nos hacen sentir bien y que en realidad cuestan muy poco. Como admirar una puesta de sol mientras, sentado en la playa, disfrutas de un Mojito cargadito y miras al horizonte... sientes el rumor de las olas y aspiras profundamente el olor a mar hasta llenarte el último mílimitro de tus pulmones con él. Eso es la felicidad, y es sencillo tenerla.

El viernes por la tarde. Salir de trabajar y experimentar esa sensación de libertad, de dos días por delante para llenar de sonrisas, de sueño, de risas y de descanso. Sensación de libertad relativa pero total. Antagónico, paradójico pero real al mismo tiempo.


Todo eso es la felicidad... y dáte cuenta que sencillo es conseguirla. Sólo tenemos que ser conscientes de ella.

3 comentarios:

Mixha Zizek dijo...

Me gusta esta entrada, yo también sueño con un día como este soleado y hermoso y a veces frío pero lleno de alguien que este con uno. espos días que hacen la existencia más placnetera a la vez. un besote Kuny

Kike LK dijo...

Sol, playa, musica por la calle y en tu vida, el camino a la felicidad, sin dineros de por medio...di que si!
Me ha encantado,beso!

Cossio dijo...

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felices días de libertad! HERMOSA!!!