miércoles, 18 de febrero de 2009

EL REFUGIO DEL ALMA


Fumamos marihuana sentados en el suelo del piso. La música Reggae suena sin cesar. El ambiente es cálido y húmedo, lleno de humo denso que nos hace parecer espectros.
Encima del cojín rojo está Claudia, mi mejor amiga. Me mira entre la espesa niebla y me sonríe, sus ojos están medio cerrados y teñidos de un rojo intenso. En su preciosa cara de muñeca se dibuja una sonrisa de boba, de despreocupación. Y es que nada nos preocupa dentro del piso.
Es como nuestro santuario, como el lugar donde nos retiramos del mundanal ruido para pensar, pero no sobre él. Sino sobre nosotros. Es el único sitio donde nos podemos expresar libremente, decir lo que pensamos y sentimos sin tapujos, sin cohibirnos. Y por eso no faltamos ni un solo día.
La Marihuana hace que me siente bien, ligera y tranquila. No pienso en mi jefe, en que esta mañana me ha dicho que mi puesto pende de un hilo porque están haciendo recorte de personal. La crisis. Mierda de crisis que nos está jodiendo a todos. Ni pienso en mi novio, Pablo, que lleva tres días sin contestar a mis llamadas y a mis coreros. Doy una honda calada a mi canuto y me recuesto sobre el cojín, que se me antoja ahora la cama más cómoda del mundo.
Todos los que estamos allí nos sentimos mal con nuestras vidas: a Claudia su madre la echó de casa y ya ni si quiera le habla, porque lleva meses saliendo con un chico negro que no tiene papeles. Ese chico, Ibrahima, está durmiendo a mi lado. Lleva un año en España, y llegó a Barcelona de Senegal después de muchas penurias por nuestra madre patria. Claudia lo conoció en un bar y se enamoró al instante. Es un chico tierno, amable y cordial que se está buscando la vida como puede. Pero eso no todos lo entendemos, como la madre de Claudia. Ahora ella está trabajando por cuatro perras en un bar de camarera, y él toca la kora, una especie de arpa típica de su país, en el metro. Con eso van tirando. Aunque a Claudia su casero ya le ha advertido que no le va a renovar el contrato a menos que no eche del piso a Ibrahima, no quiere tener líos.
Y si nos quitan el piso nos quitan la vida. Porque nuestra vida empieza cuando entramos allí, nos liamos unos porros y dejamos que nuestra mente fluya. Todo lo que hay antes y después de eso es una simple espera hasta el momento de llegar.
Aspiro profundamente una nueva calada y la retengo en los pulmones todo el tiempo que puedo. Ahora me viene a la mente un artículo muy interesante que leí en la cafetería del trabajo mientras comía. Antes me sentaba con mis compañeras, pero un día me di cuenta de que estaban vacías para mí, no me aportaban nada; aunque estuviese con diez de ellas me sentía sola. Así que decidí poner alguna excusa e irme por mi cuenta. Así que leí un artículo sobre una nueva "enfermedad" que está surgiendo en Japón, los "hikikomori", que en japonés significa aislamiento; jóvenes, sobre todo mujeres, que se separan progresivamente de la sociedad hasta aislarse por completo de ella y llegar a vivir recluídos en una casa o en una sola habitación durante años.
Se sienten solos, sienten que no pueden expresarse con nadie, que no hay persona en la faz de la Tierra que tome en cuenta sus opiniones y sus deseos. Y por eso dejan de comunicarse con el mundo.
La sociedad actual, y mucho más la japonesa, nos somete a una enorme presión que influye en nuestros actos y que hace que nos inhibamos de nuestras pulsiones reales, que casi las olvidemos. Es paradójico como en un país como Japón, lleno de movimiento frenético, las personas pueden llegar a sentirse tan vacías e inertes.
Ese artículo me hizo darme cuenta de lo difícil que hemos hecho nuestra existencia, hemos ganado comodidad, pero hemos perdido nuestros deseos, nuestros valores reales, nuestros sentimientos. Un precio demasiado caro...

El porro se ha apagado, busco un mechero y lo enciendo, aspiro profundamente y dejo que los pulmones se llenen de ese aire embriagador y maravilloso, cierro los ojos y lo exhalo despacio... en nuestro refugio siempre tendremos el sitio donde expresarnos, por muy pequeño que sea, hay gente que ni si quiera tiene algo como esto.

No dejen de leerlo:
http://www.magazinedigital.com/reportajes/los_reportajes_de_la_semana/reportaje/pageID/2/cnt_id/2909

3 comentarios:

Kike LK dijo...

Muy muy interesante Kuny, encuentro muchas similitudes con mi piso, y con mis compañeros que son increibles, me gusta tu manera de ver la vida...y la de tu compi, Animo!
Don´t drink and drive, smoke and fly (frase tipica)
Besos!

Kuny dijo...

Gracias Kike!!!
Besotes!

dark player dijo...

Muy bueno, todo el mundo necesita evadirse de la realidad por algun lado o revienta. Realmente cada vez mas la gente tiende a la soledad pero creo que hay que luchar contra eso... besos